El miedo es una emoción que nunca se va y que en muchas ocasiones nos impide el avance en muchos aspectos de la vida. Para ello, es necesario identificarlo y continuar a pesar de que esté ahí.
¿Cuántas veces no hemos sentido esa sensación de que puede que salgan las cosas mal? ¿Cuántas veces hemos avanzado a pesar de no estar tan seguros? La respuesta más probable a ambas preguntas es: muchas. No hay forma de anular o eliminar el miedo.
El miedo es una emoción humana que cumple una función fundamental como la supervivencia. Él, nos permite reaccionar rápidamente ante situaciones de peligro y amenaza y hace que nos retiremos ante las mismas. Las amenazas pueden ser hacia nuestra integridad física, nuestra autoestima, nuestro autoconcepto y otras. De acuerdo a esto, concluimos entonces que el miedo en sí mismo es positivo, nos ayuda a alejarnos de un suceso para el cual todavía no estamos preparados.
Hablando concretamente del tema que nos atañe, los negocios, hay un sinfín de oportunidades en las que perdemos todo o mucho por miedos que nos impiden avanzar. Por ejemplo, uno de los primeros que aparecen cuando se comienza a emprender es el miedo al fracaso.
Este es el que nos impulsa a levantarnos todos los días a trabajar, a ser disciplinados, a buscar las alternativas para hacer crecer el proyecto, aunque al principio no se vean las utilidades de manera inmediata. Para controlarlo es necesario según la opinión de Carolina Piña, fundadora de SIKU Medical, saber escuchar, ser humildes para aprender y reconocer las fallas, de manera que cada día se convierta en una oportunidad de avanzar, de contrarrestar esa ansiedad por las ideas de fracaso.
Otro con el que hay que lidiar es con el miedo al que dirán, este se acrecienta cuando nos dejamos llevar por los comentarios negativos y demandantes de familiares y amigos que esperan resultados en muy poco tiempo, que suelen compararnos de inmediato con los más grandes e influyentes, sin tomar en cuenta que casi todos comenzaron con muy poco o nada y les costó llegar a donde están. Usualmente, critican el hecho que dejar un puesto laboral o invertir nuestros ahorros desde una posición de preocupación por nuestro bienestar que muchas veces nos desaniman.
Además de esto que es lo más básico, se suma el miedo a no saber en lo que se está emprendiendo. Las 4 lecciones básicas que nos deja Carolina para avanzar con relación a esto es:
- Si realmente se quiere, se puede, aunque se tengan recursos limitados.
- No hay barreras para alcanzar lo que uno quiere.
- No hay herramientas que sustituyan el potencial que uno tiene, aunque haya muchos avances en la tecnología, ninguna podrá reemplazar lo que uno sabe hacer.
- Reconocer lo bueno que uno hace, los logros que se tienen y los desaciertos para seguir construyendo.
Hay muchos desafíos a los cuales nos debemos enfrentar cuando nos decidimos a generar nuestros propios ingresos a partir de la construcción de proyectos sustentables y duraderos pero la determinación y el compromiso nos pueden ayudar a hacer del miedo un aliado y no un enemigo.